CARLES BATLLE

Intuimos en el autor una gran preocupación por construir un texto de factura clásica, bien escrito y dirigido a un público amplio. Por ejemplo, se detecta un gran dominio de los mecanismos retóricos fundamentales, sobre todo en el uso del malentendido (tanto internamente —entre los personajes— como externamente —en el sistema de presuposiciones que organiza el espectador). Resultado: la obra consigue distribuir la tensión de manera solvente, sin vacilaciones, algo poco frecuente en las propuestas de la dramaturgia catalana reciente.