MUERTE EN VENECIA

La adaptación para la escena de la novela de Thomas Mann fue la primera colaboración de Guillem Clua con la compañía de danza Vincles de Víctor Rodrigo y su primera dramaturgia para un espectáculo de danza. Bajo la dirección de Mingo Ràfols, el autor participó en la elaboración de una dramaturgia que mezclaba elementos teatrales y coreográficos, dando como resultado una original propuesta basada en los últimos días de Gustav Von Aschenbach.

 

Para conseguirlo, la historia se hizo atemporal, se cambiaron conceptos y personajes, y se centró en la muy contemporánea dificultad de aceptar la propia decadencia; la del protagonista y también la de todos nosotros, la de nuestra sociedad, que a menudo aparta la vista de la propia degradación pero también castiga a todos aquellos que buscan la belleza. Adaptada al cine por el director italiano Luchino Visconti, Muerte en Venecia (1971) se centra en la crisis del artista Gustav Von Aschenbach, que en su búsqueda de la belleza, encuentra al joven Tadzio, a quien convertirá en su objeto de adoración, hasta el punto de dejarse arrastrar a su propia destrucción.

En 2008, la compañía Vincles contó con textos de Guillem Clua de nuevo para su espectáculo No: una suite clásica de números musicales coreografiados cuyo concepto principal era el concepto de negación. Las normas sociales, las obligaciones laborales, los compromisos familiares, el estrés del día a día... El espectáculo se erigía como un canto a la rebeldía contra todos los aspectos de la vida cotidiana que nos oprimen y se reencontró con la emoción y la energía características de la compañía de Víctor Rodrigo. No era una invitación a vivir, a reír y a bailar que cierra la trilogía iniciada con Amo amor y Vincles y, como hiciera entonces, conseguia acercar la danza a todos los públicos, haciéndoles partícipes de este optimista canto a la vida.

'MUERTE EN VENECIA' SE ESTRENÓ EN LA SALA MUNTANER (BCN) EL 30 DE MAYO DE 2002

CRÍTICAS

Esta historia, que se explica con habilidad y sutileza, se refiere sobre todo al artista, a la crisis de creación y a los sentimientos. No se ha tratado tanto de reproducir o recrear la novela de Mann, sino de proponer una lectura propia y original de ésta. Y este objetivo se consigue. Mort a Venècia es un bello espectáculo.

GONZALO PÉREZ DE OLAGUER

GONZALO PÉREZ DE OLAGUER

El Periódico de Catalunya

Deja al público con una sonrisa de satisfacción. En primer lugar, por su contundente transparencia. Y es que se entiende todo (…) con un estilo directo, sencillo, lleno de sentimientos y de buen humor. Por mucho qe nos encontremos por medio con las reflexiones de Mann sobre el arte, la belleza, el esfuerzo creativo, el amor y la muerte, el espectáculo opta por encima de todo por la claridad de lo que se cuenta.

RAMON OLIVER

RAMON OLIVER

La Vanguardia